L´Alcora. Crònica de sus Molinos Harineros

                    


Como cronista oficial, llevo tiempo deseando entrar en este tema tan importante y trascendental, ya no solo a efectos de lo que han supuesto estas máquinas  o instalaciones hidráulicas para el sostén vital de la población alcorina, también como componentes primordiales del entramado histórico de nuestra villa y por todo lo que aportaron directa o indirectamente al lugar o partida rural donde estaban ubicados: Núcleos vecinales, instalaciones complementarias anexas, parajes y su entorno, vías de comunicación, comercio, trabajo, etc. Los molinos en general, además, son parte esencial del más viejo clúster industrial alcorino. Otros trabajos míos, ya editados,  que doy por hecho que el lector ya tendrá a buen recaudo en su particular estante, han hecho imposible adelantar este interesante estudio sobre dichas estructuras.

Varios son los textos, así como las personas, que sobre el tema nos hablan y muestran, en parte o en un todo, datos importantes referidos a dichos molinos. Yo solo intento y espero lograr con esta colaboración, ampliar aún más la crónica, la historia sobre algo tan transcendental. Hablaremos del molino harinero, expendedor de la harina que amasaban nuestras madres, que al calor del horno y buen hacer del panadero, ya en su proceso final, nos regalaba las hogazas del básico y vital PAN que cumplía con su insustituible cometido de ser el Principal Alimento Natural.

En l´Alcalatén hemos tenido  varias instalaciones hidráulicas, movidas por la fuerza del agua, pero no exclusivas de la molienda de harina: molino de harina, de yeso, de barniz, y del batán.

 

Dicho lo anterior entremos en materia. Antigüedad documental:

El documento de “Donación de Alcalatén” (24 julio 1.233),  mediante el cual, estando en Burriana el rey Jaime I, hace entrega de la Tenencia de Alcalatén a favor de D. Pedro Ximén de Urrea; no nos aclara nada, a través de su lectura no hace mención alguna a dichas construcciones al no entrar en detalle del montante patrimonial de que se compone dicha merced, no aparecen los molinos; sí los encontramos posteriormente con cierta pulcritud en la Carta Puebla de Alcora (31 diciembre de 1.305), otorgada por D. Juan Ximénez de Urrea, nieto de aquel 1º Señor de Alcalatén. Allí si aparecen los molinos “Todas las sobre dichas cosas doy y otorgo a vosotros y a los vuestros según fuero de Aragón. Sin embargo, retengo para mí y para los míos, los hornos, molinos, mercado, peso, senda, pesaje, ferias, y todas otras regalías y todo derecho perteneciente a mí y los míos según dicho fuero ya sea que aquí no se han mencionado ni especificado.” Además también se reserva el derecho de la venta exclusiva de su vino durante un mes.[1]

“La Tenencia de Alcalatén tiene el derecho del diezmo: De todo lo que cogen y puesto en el granero llevan los rectores de la iglesia el quarto, quitado el onceno lo que procede de los molinos y herbages es enteramente del Señor y no era de la dominicatura que después se ha anexado por compras del Conde mi señor.

En adelante, la familia Urrea ya con las credenciales de Condes de Aranda, incrementará, controlará y auditará su patrimonio. D. Miguel Ximénez de Urrea, II Conde, empieza por la Tenencia de Alcalatén, residiendo en Alcora, hasta conseguir organizar su economía. Estudia los problemas y los aborda: redime varios censales, compra las propiedades de la cristiandad vieja en 42.600 sueldos el 12 de agosto de 1.496, y dos molinos en Alcora (uno harinero y otro de aceite), culminando su estancia con otras operaciones comerciales. En aquél momento la Tenencia contaba con unos mil vasallos”.[2]

 Nuevamente, otro conde, D. Pedro Pablo Abarca de Bolea y Ximénez de Urrea, será quien incremente el patrimonio de los Aranda en esta parcela fabril. El 29 de agosto de 1.782, a través de Don Marcial Guiraudeta, Alcalde mayor de la villa y demás de la Tenencia y honor de Alcalatén y administrador de las rentas y efectos del Excelentísimo Conde de Aranda, expone al Ayuntamiento que necesita de un sitio, para construir un molino harinero y una establía o corral para encerrar caballería en la partida Horteta. Molino Nuevo/Molí Nou.

 La familia condal llegó a contar en l´Alcora con tres molinos hidráulicos dentro de su amplio patrimonio. 1.- El Molino del Pantano o Conde de Aranda, adquirido en 1.496 (nótese que ya existía); 2.- el Molino Barniz de 1.772 (auxiliar de la Real Fábrica); y 3.- el Molino Nuevo de 1.782 (nueva construcción). Los tres conectados a la acequia Mayor.

 A partir de aquí y con documentación más amplia y actual, iremos desgranando los molinos de l´Alcora, de uno en uno, empezando desde el Embalse de Alcora y finalizando en la desembocadura del río sobre la Rambla de la Viuda. Luego pasaremos a la aldea de Araia. Con el número 1 y en el próximo trabajo que expondré a continuación, aparecerá el Molino del Pantano/Conde de Aranda, situado a la derecha del río.

 

 

                              Viva Alcora porque tiene

                              muchos molinos de harina.

                              Viva su real salero

                              que tienen las alcorinas. (M.Sanchis Guarner).

 

Quede mi agradecimiento, siempre, a las Fuentes que dan soporte verbal, por escrito o en imagen al presente trabajo:

Álbaro Bachero, Vicente

Artero Gonell, Teresa

Bosch Paús, Martí

Chiva Nácher, Manuel

Escorihuela Villalonga, Francisco

Fornas Pallarés, Alfredo

Grangel Nebot, Eladi

Porcar i Hueso, Amadeo

Puchol Sahera, Estela

Rodríguez Endas, Roberto

Sancho Grangel, Vicente

Villanueva Martín, Pedro

 

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AMA. Archivo Municipal de l´Alcora.

Anuario Batlles. Establecimiento Tipográfico de Federico Batlles, Madrid.

Anuario Riera (Guía práctica de Industria y Comercio), Barcelona.

Archivo Provincial de Castellón.

Archivo de la Diputación Provincial.

Barberà i Miralles, Benjamín. “Els Molins Fariners de la Provincia de Castelló”, editorial Antinea, Vinaroz 2.002.

Barrueco Salvador, Manuel (O.S.A.). “Los Condes de Aranda y el Convento de San Sebastián de Épila (1493-1591), editorial Revista Agustiniana, Madrid 1.995.

Boletín Oficial de la Provincia de Castellón.

Catastro - Registro Fiscal.

Gogle.es/maps

Hemeroteca de Prensa

Michavila Pallarés, Federico. Décadas para el Recuerdo (Manuscrito biográfico).

Museo de Cerámica de l´Alcora

Puchol Ten, José Manuel. “de Urrea a l´Alcalatén”, editado por el Servicio de Publicaciones de la Diputación Provincial, Castellón 2.007.

Archivo Personal del Autor.

 

 

 



[1] Otro si: Que ordenéis como os parezca que ninguno meta vino en la Villa, puebla ni término para venderlo sin vuestro permiso, para podáis vender vuestro vino todo el año al precio que queráis; pero con la condición que escogeré para mí y los míos, un mes cada año, el que yo quisiere, para vender el vino de mi cosecha o rentas de dicho lugar y durante cuyo mes no podréis vosotros vender vino vuestro.

[2] Puchol Ten, José Manuel. “de Urrea a l´Alcalatén”, página 83. Servicio de Publicaciones de la Diputación Provincial de Castellón 2.007.

Id. Barrueco Salvador, Manuel (O.S.A.). Los Condes de Aranda y el Convento de San Sebastián, página 35. Editorial Revista Agustiniana, Madrid, 1.995.

Id. Archivo Ducal de Híjar, sa IV, Caja 22.

Anoté en su día, que en las Quintas Ordenanzas del Duque de Híjar (año 1.825), al CONTADOR le obliga a llevar una serie de libros (Articulo II), uno para la tesorería diaria procedente de la venta de loza, y otro con total separación, para los ingresos por cal, algez, ladrillo, maderas y maquilas del molino harinero, portes de cajones….


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