La Torre del Repés

 


Torre del Repés, principal construcción que formaba parte de lo que en su día fue la muralla que circundaba el casco viejo de la Villa (Siglos: final del XIII, y el XIV). La Torre, como vigía, era bastión en el lateral de la puerta de entrada a la Plaza del Patio. Había otras tres en todo el perímetro de la muralla: Portal de Marco, Portal de Verdera, y el portal de la Plaza Nueva, que según Eladi Grangel, en aquel entonces sería el acceso principal a la villa.[1] Es de suponer de que en esta “Plaza del Patio” o en sus límites, ateniéndonos a su nombre y función, habría herrería, venta y reparación de aparejos y albardas, así como suministro de forrajes.

La Torre es un edificio público destinado históricamente a cárcel, donde en su planta baja se realizaría el repeso y medida de mercancías por el polifacético Mustassaf. 


El Mustassaf

Era un cargo público, que inspeccionaba y revisaba que fueran correctos y justos el peso y medida de los productos expedidos en el mercado. Los comerciantes venían obligados a revisar, a contrastar periódicamente sus utensilios de pesas y medidas con los patrones existentes en el emblemático edificio. Además, el Mustassaf controlaba precios y calidad de las mercaderías. Vigilaba y era estricto en la conservación de la vía pública.

En nuestra Carta Pobla de 31 de diciembre de 1305, Don Juan Ximénez de Urrea, III Señor de Alcalatén, nos otorga la administración y la justicia, también el Mustassaf:

Ottro sí Do, et, otorgo a vos dichos  pobladores et a los vuestros, que podades elegir, et crear Justicia con consentimiento de mí, o de mi Alcayde, et en cara otro sí, podades meter Jurados o mustaçaph, corredores, Sayones, et todos otros officiales. Según que a vos por bien visto sea.

Visitando el casco viejo de Catí, entré en la Lonja de Mercaderes-Casa Capitular, allí hice una foto explicativa sobre el Mustassaf:

   


En diciembre de 1.967 seguía siendo repeso. La Corporación Municipal tomó el acuerdo de adquirir un peso para el Repeso Público de artículos alimenticios que se despachan en el Mercado Municipal y establecimientos y que se instale la citada balanza o peso para el repeso y comprobación de cuantos lo soliciten.

 

La Torre era la Cárcel

1.- Ya en 1.731 nos aparece la Torre Repés en su función de penitenciaría. Entre los protocolos notariales del archivo municipal, referidos al notario Blas Ortells, tenemos uno sobre censos y avales fechado el ocho de enero del citado año, en el que un tal Cristóbal Sanz, labrador, con el cargo de pagar, vende a José Vilar, labrador, una casa entre los muros de esta villa en la Plaza de San Cristóbal[2] (Plaza del Patio), que linda por un lado con casa de José Balaguer y por otro con torre y cárcel, por las espaldas con muros de la villa…

2.- A finales de Setiembre de 1.801, estalló en Alcora el famoso tumulto o revuelta denominada “dels Caragols”. Fueron arrancados los blasones del Duque de Híjar de todos los lugares de sus pertenencias y también el de la Torre. El 10 de mayo de 1.802, ya sofocada dicha revuelta, las Armas se volvieron a poner en su sitio. Se repusieron los blasones por este orden: Torre del patio, lugar distinguido donde están las cárceles públicas, acompañado de vuelo de campanas…

3.- Inventario de Propiedades y Derechos, realizado por el Ayuntamiento de Alcora el año 1.924. En su tercer punto detalle aparece “Casa de corrección pública y Repeso público, con una extensión de 40 m2., de dos pisos y planta baja: Situada en la Plaza Patio, lindante por la derecha el Mur, izquierda Plaza Patio, y espaldas herederos de Antonio Beltrán – Valor 1.000.- pesetas.[3]

Nota.- Estos tres puntos descritos a mí me confirman que la principal misión que históricamente tenía la Torre, ha sido la de Cárcel, seguida o compartida con el servicio municipal del Repeso.

 

 

                                                              Foto de Javier Nomdedeu

Nota.- Durante la alcaldía (accidental) de D. Luís Granell, año 1967, en la Sesión Ordinaria del mes de agosto, se acuerda la construcción de la fuente pública allí instalada. Se ordena realizar las oportunas obras a Construcciones Cabrera.

 

El Reloj

El primer reloj allí existente era de una sola esfera, fue donado por D. Severino Ramos Paús.[4] Se estropeó a causa de una ráfaga de viento que lo arrancó de su lugar. Fue durante una tarde de un mes de Marzo, siendo presenciado por una buena cantidad de gente,  que esperaban los autobuses para bajar a participar al Pregó.

En el Pleno Ordinario del 18 Marzo 1948, al respecto consta: “Se autoriza al Sr. Alcalde Presidente (D. Federico Michavila), para que siga haciendo las gestiones correspondientes acerca de las obras y reparaciones necesarias para la instalación del reloj público”.

Esa misma tarde del pregón y ya en Castellón, D. Federico Michavila le comunicó al hijo del Sr. Ramos, llamado también Severino,  lo ocurrido con el reloj regalado por su padre. Fue repuesto el reloj por el citado, y además muy mejorado, este lleva tres esferas.”[5] La cara Sur de la torreta del reloj no tiene esfera.

Sobre un trozo de azotea construida en el edificio, en su centro, se construyó una pequeña estructura para sostén del reloj público. Fue D. Severino Ramos Nebot el que costeó los gastos de reparación del reloj y construcción del susodicho torreón-soporte para el mismo.[6] Un encargado mantenía y conservaba en perfectas condiciones la maquinaria del reloj, el célebre D. Pascual Castan Huguet, padre de Pascual Castan (Moya), hombre muy popular que estuvo largo tiempo en el cargo. Falleció en julio de 1.956, pasando a ocuparse del servicio el policía municipal.

En junio de 1.966, vía trámite de urgencia, la Corporación aprobó la adquisición de un reloj público a instalar en la Torre del Repeso. Probablemente como consecuencia de la grave avería que tendría el anterior o maquinaria ya defectuosa que imposibilitaría el adecuado servicio.

 

           


                                 Foto de Vicent Bosch i Paús


El Repés vacunódromo, posada caritativa, y enfermería taurina.

Vac.- En los años cincuenta del pasado siglo, época de mi infancia, l´Alcora carecía de Centro de Salud, el servicio de atención primaria se prestaba en  el domicilio de los médicos de la localidad. D. Luís Esteban Gasión en la calle Ferrerets-plazoleta de Matraca, frente a la churrería[7], y D. Federico Michavila Paús en la calle Tejedores, 2. Eran tiempos de vacunas: Tuberculosis, la Polio y la Viruela (Pigota). Llegado el momento de la vacunación masiva, era en los bajos de la Torre del Repés donde se administraba el tratamiento.

Pos.- Sesión Extraordinaria del 19 de abril de 1.988. Ante la solicitud de ayuda económica por parte de Cáritas Diocesana, se acordó por unanimidad colocar dos camas en el edificio el Repés, a fin de dar cobijo a los transeúntes que lo soliciten.

Enf.- Enfermería taurina. Para orientar al lector y expresar de una manera clara como es este servicio, transcribo parte de un artículo firmado por    J. Nomdedeu y yo, publicado en el extra de Mediterráneo de las Fiestas del Cristo del año 2.014.

>Cuando el almanaque señala la cercanía de las fiestas mayores, los comisionados o autoridades delegadas se aprestan en mostrar al pueblo el programa de actos. Anuncios debidamente ordenados, cuya lectura nos llevará día/día a participar y su disfrute. Además, entre líneas nos enteramos de la existencia de un grupo de personas, que desde la sombra colaboran en las distintas comisiones de fiestas, y también en aquellos servicios dispuestos exclusivamente a su buen fin. Son personas (mujeres y hombres), que hacen posible la contratación, montaje de todo tipo de estructuras, atención sanitaria y civil, etc., y que en su momento hasta asumen el peso del acto que en cuestión esté realizándose.

Me decía el Dr. D. José L. Esteban López, que durante muchos años su cadafal y también el de su compañero el Dr. D. Jesús Baeza Alonso, fue “el Repès”.  Popularísimo edificio del medioevo, que en fiestas se transforma dando cobijo en sus entrañas a la ya histórica enfermería. Los doctores D. Jesús Baeza Alonso y D. José L. Esteban López, con 30 y 25 años prestando allí servicio, podrían hablarnos mucho sobre ella, anécdotas, y la labor desarrollada. Es momento pues de darles las gracias por su dedicación durante tantos años, por haber puesto su saber al servicio dels “bous al carré” como ellos saben hacerlo.

Cuando una res con su embestida lograba herir al joven, los populares y conocidos médicos, de inmediato, se aprestaban a cortar la hemorragia y estabilizar al paciente, a la par y previa llamada urgían el traslado inmediato y directo al hospital provincial, para que a la llegada allí de la ambulancia estuviese todo preparado, incluido en su caso el quirófano o sala de operaciones.<

 

ACABO DICIENDO: Tanto la presente Torre del Repés, como los demás elementos y vestigios que quedan de nuestro pasado, deben ser protegidos, recuperados y mantenidos en las mejores condiciones posibles, para conocimiento y uso del pueblo en general, y en pedagogía, siempre al servicio de la docencia.



[1] Grangel Nebot, Eladi. Els Portals de l´Alcora y els seus noms. Libro de Fiestas 2003, páginas 130-132.

[2] Historia de la Cerámica de Alcora-Escrivá de Romaní (2ª Edición 1.945). Capítulo X, Azulejería. Página 140: De azulejería suelta hay bastantes ejemplares, siempre alusivos a algún santo, en las calles y casas de la villa fabril, cual el que representa un San Cristóbal, en tonos azulados y rojos oscuros, y que, fechado en 1.740, puede verse en la Plaza del Patio, como años antes en un portal a ella próximo.

[3] En el Inventario Municipal de 1.930, se repite igual.

[4] Alcalde de Alcora 1.878 – 1.879.

[5] Aparece en la biografía de D. Federico Michavila Paús.

[6] Es por ello que en el pleno del 9 de julio de 1.948, en prueba de agradecimiento, se toma el acuerdo de rotular como calle Severino Ramos, la que venía denominándose Morera. Es también entre otras cosas,  fundador de la fábrica de toallas.

[7] Mismo edificio que posteriormente se instaló el Bar Matraca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario